Suele presentar tres generaciones al año, aunque en áreas con condiciones climatológicas favorables puede darse una cuarta generación. El daño de mayor importancia es producido por las larvas de la segunda y tercera generación. Los adultos inician el vuelo hacia finales de marzo hasta aproximadamente mayo, aunque la emergencia de los primeros adultos depende de la temperatura de la zona. Las hembras de la primera generación depositan los huevos en las inflorescencias. Las larvas neonatas penetran estas inflorescencias y cuando aumentan de tamaño producen los típicos glomérulos, botones florales aglomerados mediante hilos de seda. La segunda generación tiene lugar durante mitad de junio hasta mediados de julio y la tercera se desarrolla en agosto. Las larvas de segunda y tercera generación penetran en las bayas. Estas perforaciones suponen la puerta de entrada de otras infecciones secundarias como hongos del género Botrytis y Aspergillus. Las larvas de última generación pasan el invierno en forma de pupa con diapausa inducida bajo la corteza de la cepa u otras zonas protegidas hasta la primavera siguiente.

El manejo de L. botrana se ha llevado a cabo principalmente mediante tratamiento químico. La utilización de la confusión sexual ha aumentado en los últimos años. Esta técnica consiste en crear una atmósfera saturada de feromona sexual del insecto. De esta forma se llega a confundir a los machos, de forma que no localizan a las hembras y así se evita los consiguientes apareamientos. La confusión sexual es un método de control eficaz especialmente cuando la presión de plaga es baja y la parcela se encuentra protegida de la entrada de hembras grávidas de otras áreas infestadas. Cuando la población es alta, se recomienda la aplicación de un tratamiento complementario cuando se considere necesario. En este último caso, se puede conseguir una reducción paulatina de la población tras un uso continuado de esta técnica. Si la población es baja se puede controlar prácticamente con la confusión sexual.

El producto LOBETEC es un difusor compuesto por acetato de (E,Z)-7,9-dodecadienilo. Este compuesto está descrito como el componente mayoritario de la feromona sexual de L. botrana.

El material  del difusor es permeable a los vapores, permitiendo así la emisión del producto a una velocidad controlada.

En condiciones meteorológicas normales, la duración de los difusores es de aproximadamente 180 días, pudiéndose reducir en condiciones adversas como temperaturas elevadas y/o vientos intensos.

· Los difusores deben colocarse en el campo unos días antes del inicio de los adultos de primera generación. Cada difusor debe colocarse en el tercio superior de la viña o directamente en el alambre en caso de cultivos en espaldera.

· La cantidad de difusores recomendada es de 400 unidades por hectárea. Se recomienda distribuirlos de manera homogénea en el campo y reforzar los bordes con un 5-10% extra.

· Se recomienda hacer un seguimiento de la especie mediante la colocación de 1-2 trampas delta por hectárea con el correspondiente difusor de monitoreo (LOBELAB). Las trampas de monitoreo se deben revisar periódicamente para controlar la presión de plaga así como confirmar el correcto funcionamiento de la técnica.

· Se recomienda hacer alguna evaluación de daños. Si el daño es superior al umbral establecido en la zona, puede considerarse la aplicación de un tratamiento complementario.

El material del envase es impermeable a los vapores de los diferentes productos.

Se recomienda guardar el producto en sus envases originales, sin abrirlos, preferentemente en congelador hasta el momento de su uso. En estas condiciones el producto puede ser guardado durante un periodo de dos años. Evitar cortar, perforar o abrir los difusores.

En el manejo normal del producto no existe riesgo de toxicidad para personas, animales o plantas. El producto es un difusor que emite al aire vapores de feromona a velocidades controladas. Los riesgos de contaminación de agua y suelos son descartables.

Se recomienda el uso de guantes en el manejo de los difusores. Los difusores usados y sus envases han de ser gestionados de acuerdo con la legislación vigente.